Esta obra es parte de la serie de collages bordados «Anónimas», que ilustra la compleja realidad de las mujeres víctimas de trata para la explotación sexual que, tras ser privadas de su libertad, no tienen a nadie que las esté buscando. Estas imágenes pretenden dar rostro y nombre a estas mujeres que, además de vivir terribles violencias y de ver sus futuros fragmentados por la trata, permanecen anónimas.
Cada una de las obras individuales tiene un nombre de mujer cuyo significado tiene que ver con la fuerza, valentía y resiliencia y que figura entre los nombres de mujer más comunes en países de habla hispana, que son aquellos con mayores índices de trata de mujeres con fines de explotación sexual.