Antiguamente, utilizaban un espejo para verse reflejado. Incluso se miraban en el reflejo de un rio y hasta dibujaban autorretratos ” a ciegas”, tocando sus rostros con sus propias manos y trasladando esas sensaciones al cuadro.
Un autorretrato no es solo conseguir un parecido físico, sino transmitir su personalidad o el alma de la persona.
Ahí es donde entra en juego nuestra sensibilidad.
Las flores son alegría, son pensamientos, son locura, son lo que brota de nuestras cabezas. Lo que brota cuando estamos felices.
Así me imagino yo cuando pienso, cuando creo, cuando escribo..
Me gusta plasmar a una mujer femenina y fuerte con las ideas claras.